miércoles, 5 de junio de 2019

Seres acuáticos, OANNES, ANNEDOTI, APKALLU


Seres acuáticos, OANNES, ANNEDOTI, APKALLU

Beroso, Astrónomo, historiador, escritor, sacerdote y astrólogo de Babilonia, muy activo a inicios del siglo III a. C., en la época de control del Imperio seléucida. Se cree que vivió entre los años 350 a. C. y 270 a. C.

Según el relato de Beroso, Oannes, enviado por Ea/Enki, surgía de las aguas del Golfo Pérsico cada mañana para instruir a la Humanidad enseñando a los hombres la escritura, las artes y las ciencias, mucho antes del Gran Diluvio.


Cuando el Sol se ponía, la bestia volvía al mar para pasar las noches en las profundidades, dado que era un ser anfibio. Alejandro Polyhístor (100 AC – 40 AC), fue un erudito griego que reprodujo los escritos de Berossus (Beroso).

Hace algunos años, tuve noticias de una leyenda que cumple más alguno de nuestros criterios del mito del contacto genuino. Es de interés especial porque relata el origen de la civilización sumeria. Sumeria fue una antigua civilización - quizá la primera - en el sentido contemporáneo en el planeta Tierra. Se fundo 4.000 años años antes de Jesucristo o antes. No sabemos de donde procedían los sumerios. Su lengua era extraña; no tenia semejanza con ninguna indoeuropea conocida ni semítica ni ninguna otra y se conoce unicamente porque un pueblo posterior, el fundado por Sargón de Acad recopilo extensos diccionarios sumerio-acadio.
Los sucesores de los sumerios y los acadios fueron los babilonios, los asirios y los persas. Asi pues, en muchos aspectos, la civilización sumeria es la progenitora de la nuestra. Yo creo que si la civilización sumeria se describe por sus propios descendientes como de origen no humano deben examinarse con cuidado las leyendas que hablan del asunto. No pretendo que lo siguiente sea forzosamente un ejemplo de contacto extraterrestre, pero es el tipo de leyenda que merece un estudio mas cuidadoso. 
Tomada al pie de la letra, la leyenda sugiere que hubo un contacto entre seres humanos y una civilización no humana de inmenso poder, a orillas del Golfo Pérsico, quizá cerca del emplazamiento de la antigua ciudad sumeria de Eridu, (actual Abu Sarayn) hacia el cuarto milenio antes de Jesucristo o antes.
Hay tres narraciones diferentes pero con referencias de unas a otras del Apkallu, que se datan de la época antigua. todas se remontan a Beroso, un sacerdote de Bel-Marduk, en babilonia, en la época de Alejandro Magno. Beroso a su vez, tenia acceso a los informes cuneiformes y pictogramas que se remontaban a varios miles de años anteriores a él. Es importante citar la mayor parte del cuerpo de la leyenda en la forma que se dispone hoy. la forma de presentación es tan chocante como el contenido. Las traducciones citadas del griego y del latín están tomadas de Ancient Fragments, de Cory, de la edición revisada de 1876:

La narración de Alejandro Polyhístor:

Beroso, en su libro primero sobre la historia de Babilonia, nos informa que vivió en la época de Alejandro, el hijo de Filipo y cita que se conservaban con el mayor cuidado en Babilonia documentos escritos, que abarcaban un periodo de quince mil años. estos escritos contenían la historia de los cielos y del mar; del nacimiento de la humanidad; también la de aquellos que tenían regla soberana y de las acciones alcanzadas por ellos.
Y, en primer lugar, describe a Babilonia como un país situado entre el Tigris y el Eufrates. Menciona que abundaba en él el trigo, la cebada, el ecrus y el sésamo  y en los lagos se encontraban las raíces llamadas gongae, que eran buenas para comerlas y eran, respecto a nutrición, como la cebada. También habla palmeras y manzanos y muchas clases de frutas; peces y también aves; tanto de paso como acuáticas. La parte de Babilonia que limitaba con Arabia era árida y no tenia agua pero la que daba al otro lado, tenía colinas y era fructífera. En Babilonia había (en aquellos tiempos) gran variedad de personas de distintas naciones, que habitaban Caldea y vivían sin orden ni concierto, como las bestias del campo.
En el primer año hizo su aparición, de la parte del Golfo Pérsico que bordea a Babilonia, un animal dotado de razón, que se llamaba Oannes. (De acuerdo con la narración de Apollodoros.) Todo el cuerpo del animal era como el de un pez, y tenia debajo de una cabeza de pez otra cabeza y también pies abajo, como los de hombre, sub-unidos a la cola de pez. Su voz y también su lenguaje, era articulado y humano; y su representación se conserva incluso hoy.


Este ser, durante el día solía conversar con los hombres; pero no tomaba ningún alimento en ese tiempo y les enseñaba letras y ciencias y toda clase de artes. Les enseñó a construir casas, a fundar templos,  recopilar leyes y les explicó los principios de la geometría. Les enseñó a distinguir las semillas de la tierra y a recoger los frutos. En poco tiempo les instruyó en todo cuanto pudiera tender a suavizar los modales y humanizar al hombre. Desde aquel entonces, tan universales fueron sus enseñanzas, que nada se ha añadido para mejorarlas. Cuando se ponía el sol, este ser tenía la costumbre de sumergirse de nuevo en el mar y permanecía toda la noche en su profundidad, pues era anfibio.
Después de este, aparecieron otros animales, como Oannes, de los cuales Beroso promete dar cuenta cuando llegue a la historia de los reyes.



Continuara...

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