viernes, 28 de junio de 2019

Un misterio sin resolver - Hanging Rock

El secreto de Hanging Rock
La historia australiana tiene dos etapas una “blanca” que empieza a partir de la llegada de los primeros colonos británicos en 1788 y otra, la más antigua, que proviene de la cultura y las tradiciones de los aborígenes de aquellas tierras. Esta lleva transmitiéndose de generación en generación, desde mucho tiempo atrás, por medio de relatos y canciones, conocidos como el Tiempo del Sueño, que constituyen una especie de guía espiritual que les pone en relación con el entorno natural, su futuro y su pasado, desde los orígenes del universo a partir del sueño.

El Tiempo del Sueño
De esta etapa tan mística nacen una serie de leyendas en torno a algunos lugares como las del Monte Uluru (Ayers Rock) y del Monte Diógenes (Hanging Rock), un antiquísimo volcán que creó una cadena de pináculos rocosos, que según las creencias indígenas da cobijo a espíritus.
Hanging Rock a vista de drone
Esta formación (Hanging Rock) de origen volcánico y de varios millones de años de antigüedad se levanta majestuosamente unos 150 metros por encima de la llanura en que está emplazada, y culmina con la mezcla de piedras y monolitos en equilibrio que le dieron su nombre (Hanging Rock significa, en inglés, «roca que se balancea»).
Para las tribus aborígenes australianas Dja Dja Wurrung, Woi Wurrung y Taungurung era un lugar sagrado en el que se celebraban ritos de paso a la edad adulta hasta que, a mediados del siglo XIX, los colonos ingleses las expulsaron de la región. A partir de entonces, se convirtió en un sitio de asueto turístico victoriana.
Hanging Rock
Inspirándose en este legendario paraje y en algunas leyendas urbanas, que al parecer surgieron posteriormente en este mismo lugar, la escritora australiana Joan Lindsay escribe su novela Picnic en Hanging Rock en 1967, de forma casi onírica, según ella misma confesó en alguna entrevista, pues toda la trama de su obra le vino a través de unas terribles pesadillas muy realistas, casi como recuerdos, que tuvo cada noche durante 4 semanas.  Y es que Lady Lindsay era una persona con una cierta capacidad sensorial en su compañía los relojes se paraban y era capaz de visualizar el pasado y el futuro.
Joan Lindsay
En el libro se relata un extraño suceso acontecido a un grupo de señoritas de un renombrado colegio aristocrático, el Appleyard, durante una excursión, el 14 de febrero de 1900, a Hanging Rock, una zona muy visitada por su belleza paisajística.
El día de San Valentín de 1900 amaneció soleado y hermoso en el pueblo de Woodend, cerca de Melbourne (Australia). Era el día de la excursión anual en el colegio para señoritas Appleyard, sitio en las afueras del pueblo, y a primera hora de la mañana un grupo de alumnas y profesoras de dicha escuela salieron con la intención de efectuar un almuerzo campestre en un hermoso paraje local.
Alumnas y profesoras de Appleyard
El grupo escolar estaba compuesto por 19 chicas, la mayoría adolescentes; y dos profesoras; mademoiselle Diane de Poitiers, la más joven de las dos, enseñaba francés y danza, y Greta McCraw, una solterona escocesa de mediana edad, era la profesora de matemáticas. El otro adulto del grupo era Ben Hussey, conductor del coche alquilado por el colegio. Mistress Appleyard, la directora, no formaba parte de la expedición.
Muy cerca de la base de la roca había un buen lugar para comer y descansar
En una escena de la película Picnic at Hanging Rock (1975), las alumnas del colegio Appleyard brindan por el día de San Valentín ante el amenazador telón de fondo de la roca.
En su paseo, coinciden con una poderosa familia de la época, los Fitzhubert, que presenciarán cómo tras el almuerzo, 4 de las estudiantes se alejan del grupo situado en el área picnic para aventurarse en la montaña. 
Al llegar la tarde las maestras comienzan a reunir a las chicas para el regreso y mandan a llamar a las 4 muchachas que se habían acercado a la montaña, pero no las encuentran ni a ellas, ni a una maestra que las había seguido.


Un rastro de helechos partidos y arbustos torcidos llevaba del este a la cara sur de la roca, pero más allá, donde empezaba el terreno propiamente rocoso, los rastros iban desapareciendo.


Sólo logran encontrar a la más pequeña del grupo (Edith), que apareció huyendo despavorida de la montaña totalmente enajenada, con la sensación de haber despertado de un mal sueño que sólo recordaba parcialmente.


Al final del día cuatro personas habían desaparecido; tres de ellas no volverían a ser vistas nunca más.


Días después encuentran desmayada, sin uñas y descalza a una de las alumnas, Irma. Y jamás se supo nada más del resto de las desaparecidas a pesar de la intensa búsqueda llevada a cabo por la policía en la zona.

¿Se trata de un hecho real? Si damos credibilidad al epílogo del libro, podría ser verídico, pues invita al lector a la investigación. De hecho, algunos han buscado este suceso en diarios, periódicos y revistas de la época sin encontrar noticia alguna al respecto. Aunque no por ello dejar de ser cierto, pues las noticias en el 1900 no tenían tanto eco como ahora y, a decir verdad, todos los personajes que aparecen en la historia son reales… ¿Pero el libro acaba así sin más? ¿Quizás se pensaba en una segunda parte? Sí y no, es decir del libro fue eliminado un capítulo entero por hacer mención a la posibilidad de que las niñas a través del sueño lograsen entrar en contacto con esa “otra dimensión” de los aborígenes que se las llevó.

Tras las muerte de Lady Lindsay ese capítulo eliminado finalmente ve la luz en El secreto de Hanging Rock, para resolver el misterio dejando otro aún más inquietante… el de la veracidad del Tiempo del sueño y los espíritus del Hanging Rock.

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