La vida empieza a tener sentido cuando una abeja toma el
polen de una flor y fecunda a otra flor; cuando un perro muere de dolor
porque ha muerto su amo; cuando un hombre mira tiernamente cómo nace y
cómo crece su hijo; cuando un hermano mayor ayuda a levantarse a un
hermano pequeño.
La vida tiene sentido cuando ayudas a otro a ponerse en pie y
andar, cuando respiras hinchando tus pulmones de aire y notas que no
estás solo, a pesar de estar en un desierto; cuando miras al cielo y ves
que las estrellas dominan el firmamento. Comprendes, entonces, que no
estás solo, que la vida es mucho más que el simple palpitar de tu
corazón.
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